domingo, mayo 31, 2009

El Holocausto del Cazador (Cap.10)

Pete acudió nada más comencé a sollozar. Se lanzó sobre mí con los brazos abiertos, todo cuanto podía abarcar, para tratar de consolarme. ‘Has hecho todo lo posible, no llores porque seguro que nos han visto’, es lo que me dijo mientras me abrazaba con fuerza. Pasado un rato, recuperé la compostura y pude darme cuenta que mi hermano no me había soltado en ningún momento, seguía tal y como había estado al comienzo. Le devolví el abrazo y nos levantamos ambos. Le invité a seguirme a la cocina para preparar algo de comer; comer siempre nos relajaba. Fuimos hasta la cocina para calentar algo de té que había sobrado por la mañana y nos sentamos mientras esperábamos. La tetera comenzó a silbar al cabo de unos minutos y me levanté para colocar un par de tazas grandes sobre la mesa con un poco de azúcar. El té terminó de hervir y me disponía para servirlo en las tazas, cuando de pronto un gran estruendo procedente de la puerta exterior nos hizo saltar del susto. Nos quedamos paralizados por un instante, pero pronto reaccionamos y suponíamos que la ayuda que tanto anhelábamos aparecería en nuestra busca. Me dirigí había la escalera que daba acceso a la salida. Cuando abría la puerta de subida me encontré con un grupo de hombres ataviados con trajes tipo NBQ, mostrando unas máscaras negras conectadas a botellas de oxígeno y apuntándome con fusiles de asalto. Me quedé completamente aterrado observando aquella escena dantesca. Pete gritó desde el fondo para saber si había algún problema, pero no pude articular palabra alguna. Me apartó uno de los hombres, dejando pasar a la mitad del grupo hacia donde se encontraba mi hermano. Con un gesto me indicaron que fuera para el interior y así hice. Seguían manteniendo sus armas apuntando y no decían nada de lo que pretendían. Cuando llegué al punto desde donde partí para abrir la puerta, me encontré a mi hermano que también le estaban apuntando con las armas, lo que me hizo ponerme muy nervioso, era sólo un crío, no tenían por qué aterrorizarlo gratuitamente. Me abalancé sobre él para apartarlo de las miradas de los fusiles y antes incluso de que llegara a rozarle, uno de los hombres me asestó un golpe brutal en plena cara con la culata de su arma. Caí totalmente inconsciente en el suelo, eso es todo lo que recuerdo de ese momento. Cuando desperté, me encontraba junto a mi hermano. Estábamos atados de pies y manos con bridas de plástico, totalmente inmovilizados y con vestimenta NBQ, rodeados de aquellos hombres armados en lo que parecía ser un camión de transporte militar. Había visto demasiadas películas bélicas como para que la escena no me sonara o me pareciera conocida, aunque hubiera sido en la pantalla y no en la vida real. Esto era ahora en la vida real, y lo cierto es que daba mucho más miedo. En un momento dado, alcé la mirada tratando de levantar un poco la cabeza, me quedé fijamente mirando a uno de aquellos hombres. Pensaba en preguntar algo para obtener algún tipo de información de lo que estaba pasando. Sin darme tiempo a realizar mi pregunta, aquel hombre al que miraba, me soltó un golpe con su bota en la cabeza. El dolor era muy intenso pero conseguí aguantar sin gritar. No lograba entender qué era lo que estaba pasando, ni quiénes eran aquellos hombres con tan malas formas. Éramos las víctimas de una guerra nuclear. Llevábamos varios meses encerrados en aquel búnker y resulta que esto no era lo que estábamos esperando como rescate.
Cuando estuve recuperado del golpe recibido, conseguí ver a Pete, estaba tendido y me miraba fijamente sin decir nada. Vi en sus ojos lo asustado que se encontraba, así que traté de darle confianza mediante un pequeño guiño con el ojo. No obtuve respuesta por su parte.
El camión se detuve un instante y prosiguió la marcha al cabo de un par de minutos. Sobrepasamos un par de baches antes de que se detuviera completamente el vehículo. Una vez parados, bajaron el portón trasero y comenzaron a descender rápidamente todos los hombres. Nos cogieron de los pies, arrastrándonos por el suelo del camión hacia el exterior.

Fin Cap.10

1 comentario:

arcadio dijo...

Vamos, vamos.
Más, más.
¡Que casi se nos olvida el hilo argumental de un capitulo a otro!
Un besote grande,
Arcadio