Brrrrrrrrrr!Brrrrrrrrrrr! Me despertó el sonido del timbre maltrecho de la puerta principal. Yacía en el suelo del cuarto de baño. No sabría decir el tiempo que estuve allí tirado, pero fue el suficiente como para saber que me dolía todo el cuerpo del frío suelo. Trate de reincorporarme para abrir la puerta, puesto que el timbre seguía sonando estruendosamente, la cabeza me iba a estallar. Conseguí aferrarme al lavabo y me dispuse a caminar rumbo al piso de abajo. Mientras seguían llamando al timbre, sentía cada vez un dolor mas intenso en mi sien. Lancé un grito para que cesaran de llamar, y paró al instante. Me costó bastante bajar las escaleras, me sentía muy débil. Finalmente alcance la puerta y
Decidieron que sería mejor que me metiera en la cama, mientras ellos preparaban algo de comer. Una sopa caliente, le sentaría bien a mi desdichado cuerpo. Así hicimos, Alfred me ayudó a subir por la escalera mientras Matilde fue a la cocina a preparar una suculenta sopa, de las que ella sabía hacer mejor que nadie. Por fin hube llegado a mis aposentos, me tumbé en la cama, y Alfred me arropó con la gran manta que
Una vez se marcharon, me reincorporé un poco, adoptando una postura para tomarme
Fin tercera parte
viernes, marzo 31, 2006
El Sabor de la Sangre (Parte 3)
jueves, marzo 30, 2006
El Sabor de la Sangre (Parte 2)
Una vez abajo, comencé a preguntarme de dónde salió esa valentía para hacer lo que estaba haciendo. Y casi sin tiempo para poderme dar una respuesta que me satisfaciera, noté una pequeña brisa a la espalda, rozándome el cuello. Me giré saltando como un resorte, pero no logré ver nada, todo estaba muy oscuro en la planta baja. Tenía que dar una luz cuanto antes. La valentía de la cual había hecho acopio, se estaba disipando a pasos agigantados. Fui bordeando la pared con las manos, palpando cada centímetro de ella, en busca del interruptor que me sacara de la tenebrosa oscuridad. Por fin di con él, y pulsé rápidamente el mecanismo. Se hizo
Conseguí llegar al cuarto de baño; que allí era donde almacenaba el botiquín de curas y todo tipo de medicinas. Abrí las puertas del armario blanco, y me vi reflejado en el espejo. Tenía la cara completamente blanca, parecía un muerto. Podía ver las venas de color verdoso sin ningún tipo de dificultad. Había perdido mucha sangre. Cuando miré la herida de la mano, había parado de sangrar, se había producido ya costra. Entonces empecé a pensar cómo demonios había sangre fresca en mi mano, si mi en herida había cesado. Observándome fijamente frente al espejo, pude descubrir dos minúsculos puntos rojos en mi cuello que todavía rezumaban sangre. Era mía. Me desmayé..
Fin segunda parte
jueves, marzo 02, 2006
El Sabor de la Sangre
Dong...! Dong...! Dong...! Así hasta doce veces sonó el reloj de pared del salón. Fue justo en la última campanada cuando abrí los ojos. Estaba recostado en el sofá. La copa que tenía en la mano cuando me quedé dormido, yacía en el suelo y el contenido se había derramado por la alfombra de pelo. Todavía se podían ver los hielos del whisky, aún no se habían derretido del todo. Corría una ligera brisa de aire frío, y sonó un golpe seco en
Fin primera parte